Las lámparas de bajo consumo, ¿son realmente de bajo consumo?

Las lámparas de bajo consumo no son como las incandescentes o LED. Las lámparas incandescentes tienen un funcionamiento simple, un poco de alambre que se calienta mucho, una resistencia conectada a la red eléctrica. Similarmente las lámparas LED, si bien su funcionamiento es mucho más complejo, tienen una carga resistiva (de mucho menos consumo). En cambio, para las lámparas CFL (o bajo consumo tradicional) y los tubos, la electrónica relacionada a su funcionamiento es completamente distinta y es conocida con el nombre de "carga reactiva".

Para entender la diferencia entre una carga "resistiva" y una carga "reactiva", primero hay que conocer otros dos conceptos básicos en electricidad. Hay dos métodos para determinar la potencia utilizada de un artefacto eléctrico: Watts, una medida de potencia real o activa, es decir, la cantidad de energía realmente absorbida por el artefacto y que, por lo tanto, es capaz de convertirse en energía útil como luz. Y VA es, en cambio, una medida de tensión y la corriente que dice cuánta es la energía consumida por el equipo, también llamada Energía aparente.

En la jerga, cuando el consumo absorbido de un artefacto y el consumido por un artefacto es el mismo (o sea, el consumo en Watts y en VA es similar), se dice que tiene un factor de potencia cercano a uno.

Por otra parte, cuando hay una diferencia entre estos y el absorbido es menor al consumido, se dice que tiene un factor de potencia bajo (< 0,9).



Para el caso de las cargas resistivas comunes, como una lámpara incandescente o LES, estas dos medidas son casi iguales. Sin embargo, esto cambia cuando se trabaja con cargas del tipo reactiva, como las bajo consumo standard o los tubos fluorescentes (CFL).

En algunos casos, las lámparas fluorescentes modernas se compensan internamente logrando un alto factor de potencia entre el 95% a 98%, como una carga resistiva normal. Así que para una buena lámpara fluorescente (con su reactancia bien compensada) valorada en 54 Watts, requerirá 56.25 VA de energía para funcionar.



Cuando nos fijamos en algunas lámparas fluorescentes compactas, podemos ver información sobre la corriente consumida, así como potencia. Esta lámpara, por ejemplo, consume 60mA. Esto multiplicado por la tensión de alimentación de 220V dará una consumo en VA de la lámpara de 13,2VA. ¡Mucho más que la nominal de 8W! Y en algunos casos el consumo real puede llegar a ser el doble que el nominal.

Esto afecta a las lámparas bajo consumo, donde algún fabricante puede llegar a darnos alguna información algo más certera de dónde averiguar el consumo real. Pero afecta mucho más a los artefactos de tubo que al tener la reactancia fuera del tubo mismo, no traen ningún tipo de compensación.



¿Qué significa esto? Básicamente, muchos de los argumentos sobre el ahorro de energía de las lámparas CFL de bajo consumo estándar debe ser cuestionada, ya que en muchos casos el consumo es mayor al esperado. Esto sin considerar su contenido de mercurio, que aunque es poco, no deja de ser un factor a considerar.